domingo, 25 de noviembre de 2012

FALDA PLATO

Aunque poco usada, tiene un encanto especial, lo que la hace el recurso para ocasiones de gran valor.

Hay que ser muy cuidadosa en la selección de la tela, dado que su gran vuelo requiere caída suave, no ampulosa, y el ancho de la tela, aunque ya no hoy, que vienen más anchas, en otras épocas daba inconvenientes encontrar una adecuada.

Volvemos a dibujar un cuarto de falda, aunque nos puede convenir doblar el papel para que el patrón nos salga de la media falda, porque nos da la posibilidad de "encastrar" delantero y espalda, si la tela no tiene "cabecera".
De este tema ya hemos hablado algún tiempo atrás, si alguien desea volver a tocarlo, o no lo encuentra en el blog, me lo comenta y lo tratamos nuevamente.

Notaréis que la fórmula del patrón es la misma, aunque las proporciones de medidas varían, respecto a la falda campana. Aquí, en el ángulo de la cintura, ponemos 1/6 de la cintura. En la línea vertical, en la horizontal, y en cada uno de los radios, tantos como hagan falta, no menos de 8. Vamos al dibujo, así refrescamos la idea:


 
En el caso de la falda campana, este patrón era media falda. Ahora, en la falda plato, corresponde a 1/4 de la misma. Y el porqué de la utilidad de tener el molde completo, se comprende al ver el siguiente diagrama:
 
 
LARGO DE LA TELA
 
Hoy las telas vienen lo suficientemente anchas como para hacer adecuado el encastre que vemos, con lo que se ahorra tela.
 
Recordamos, siempre que vayamos a encastrar los cortes, comprobar si la trama, el pelo, tiene dirección o cabecera. Una forma sencilla de hacerlo es tomar la tela por una punta hacia arriba, y dejar caer el otro extremo, haciendo de ella una N, de manera que por un extremo la veamos subir, y por el otro caer.
 
No debemos minimizar esta prueba, dado que a veces, el cambio de aspecto es tan fuerte, que parecen dos telas diferentes. Cambia el color, el brillo, la suavidad, y puede ser muy penoso descubrir que no contábamos con ello. Que distinto será que lo hagas a sabiendas, justamente en búsqueda de la diferencia, como puede ser en unas tapitas contrastantes, bolsillos y bordes con ese recurso. Pero imagina que, por necesidades de la tela, cortes una manga de cabeza y otra de pie, y luego no parezcan de la misma prenda. 
 
 
 

Supongo que concordaréis con que, aunque no es un modelo de uso cotidiano, bien puede haber una ocasión que abra la entrada a nuestra falda plato.

El tratamiento del largo y el estiramiento de los bieses, es igual que con la falda campana.

QUE LO DISFRUTÉIS
 
 
 
 

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