¿COSER CON ALEGRÍA?
¡Claro que sí!
Porque lo hacemos porque
queremos, no porque se da por sentado que debemos hacerlo, como en el pasado.
Porque no todo lo que hacemos
es pesado y aburrido, no todo son “obras de arte”, ni “óperas primas”. Mucho de
ello nos proporciona gran estímulo durante la labor, y es fuente de diversión
futura y magníficos recuerdos.
Cuando compré de saldo la tela
de la ropa de la foto, no imaginé lo bien que lo pasaría con ella.
Como me quedó un retal después
de terminada la labor, hice una bolsa fruncida con asas de carey, que no sale
aquí. Pues resultó que al año siguiente, mi cuarto hijo tuvo su pelele haciendo
juego, aunque me quedé sin bolsa.
Huelga decir que mis hijos lo
recuerdan aún, y hace poco ha sido motivo de una
incursión en Facebook, y no de mi parte, sino de mi hija mayor, que era la más
díscola con nuestro equipo de fajina.
Desde luego no fue la única cosa
memorable, pues títeres, disfraces, actos escolares, vestir al cuerpo de baile
del club municipal, son solo algunas de las muchas que tiñeron de sonrisa mi
experiencia con la costura.
Por eso os animo, con confianza
de que podéis obtener mucho beneficio, de todo tipo, al compartir un tiempito
con esta disciplina. Que tendrá mucho más de placer que de disciplina.
Nieves
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